Egipto: Mucho más que faraones

Silvia Rubio's Slidely by Slidely - Slideshow maker

lunes, 30 de septiembre de 2013

Pero.., ¿y qué piensan los egipcios? (1)

Esta pregunta me la he hecho constantemente en los últimos dos años y medio. Durante este tiempo, al examinar los medios, ir a conferencias o leer comentarios en internet, he podido saber qué piensan a expertos y pseudoexpertos, periodistas y pseudoperiodistas, opiniólogos que lo mismo gritan sus ideas sobre la actualidad egipcia que sobre el último partido del Madrid-Barça.

 Sin embargo, lo que a mí me ha faltado es una lectura donde los protagonistas sean los egipcios de a pie, esos que han vivido y participado en los sucesos, esos que no han protagonizado ninguna foto ni forman parte de ninguna organización, pero que sin los que no se hubiera llegado a nada. Más pendientes del morbo, de estar durante horas a pie de una mezquita donde los de dentro y los de fuera disparan, de donde se sabe que no van a conseguir ni cifras, ni datos veraces de nadie, pero sí ‘con un poco de suerte’ una imagen con más sangre, con más morbo, con más lloros que la del día anterior, se olvidaron de sacar cinco minutos para contestar dos viejas e incaducas preguntas: qué y por qué.

 Así que me he aprovechado 'vilmente' de los egipcios y españoles que han vivido todo ello para que me comenten qué ha pasado. Aviso para el que no quiera seguir leyendo. A pesar de hablar con más de 10 personas y buscarlos adrede,  no he encontrado a nadie conteste a mis preguntas y rompa una lanza a favor de los Hermanos Musulmanes. Por supuesto cada uno cuenta la película como lo ha vivido, por lo que esto no es un ‘reflejo de la sociedad egipcia’, ni nada por el estilo, solo las respuestas a ciertas preguntas que personalmente me hacía. E irán en dos post, ya que tengo contestaciones tan largas como interesantes.

Los antecedentes: Mubarak vs. Morsi

De los 51 millones de egipcios llamados a votar a mediados de junio de 2012 en sus primeras elecciones democráticas votó, según la Junta Electoral, un total de 26.420.763. De 13 candidatos que se presentaron en la primera vuelta, fueron los dos con más votos, el candidato representante del régimen de Mubarak, Ahmed Shafiq, y el de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, los que se enfrentaron en la segunda y definitiva vuelta. Entre algunas denuncias de amaños electorales, compras de votos,  muertos que participaban y tardanza a la hora de saber los resultados, al final Morsi lograba una doblemente histórica victoria: con un 51,73% de los votos (13.230.131), contra el 48,27% de los votos (12.347.380) conseguidos por el general y ex primer ministro Ahmed Shafiq, Morsi conseguía aupar a la Hermandad de la clandestinidad más o menos tolerada a la presidencia del país y era el primer presidente elegido democráticamente.

Pero un año después de que Morsi asegurase ser “el presidente de todos los egipcios” ni imponer un ideario islamista, parece que no consiguió su objetivo. “Uno de los principales problemas es que prácticamente no hay diferencias entre el gobierno de Mubarak y el de Morsi”, explica Mohamed Bakr, cairota y guía turístico.

Mahmoud Yacoub, estudiante de Filología Hispánica, concreta más: “Basta decir que el primer gobierno formado en la era de Morsi incluía muchos rostros del partido de Mubarak, ese mal llamado Partido Nacional Democrático, y además, cuando hizo remodelación de gobierno, trajo personajes que no han logrado hacer ningún desarrollo favorable en la vida cotidiana del ciudadano”. Entre ellos, cabe destacar Ahmed Zaki Abdeen ministro de Desarrollo local y Mahmoud Balbaa ministro de Energía y Electricidad. Además, Yacoub y otros participantes en las manifestaciones del 25 de enero recuerdan la absolución de seis de los ex altos cargos policiales directamente relacionados con la represión a los participantes en aquellas fechas, así como los ‘delitos prescritos por corrupción’ de los hijos de Mubarak, Alaa y Gamal.

Problemas que siguen sin solución

“Sabíamos que Morsi o cualquier otro que saliera como presidente no tendría una varita mágica para solucionar todos los problemas del país”, relata Semsem Español, también implicada en el sector turístico como miles de egipcios. Tanto ella como Mohamed Bakr llegan a la misma lista de problemas: “Los problemas con Morsi aumentaron. Seguían las protestas tras sus decisiones legales, como por ejemplo tras la nueva Constitución, y la seguridad fue a peor. La situación económica es desastrosa y esto también tiene que ver con la seguridad y la estabilidad. Muchos egipcios trabajan en el sector turístico y la falta de estos factores han hecho que miles de familias no tengan para comer, las agencias turísticas cierren o estén en peligro de ello. Y además siguen los problemas de gas y electricidad”, añade.

El peligro del colapso y bancarrota económico no es el único que sigue atenazando Egipto. Muchos esperaban ese pacto entre todos los agentes y partidos para salir adelante, los mismos que ahora  acusan a Morsi de apropiarse de más poder del que le correspondía. “Los principales fracasos de esta etapa sólo se pueden definir como escandalosos y vergonzosos. Desde el principio ha buscado amasar el máximo poder ejecutivo, legislativo y judicial en sus manos. Entre ellos los más notables es el decretazo del 22 de noviembre de 2012 [por el que Morsi se concedía plena inmunidad y capacidad de hacer y deshacer ‘por el bien del país’, cosa bastante vaga]; también está el tema de su papel bastante nulo respecto a la causa del Nilo con Etiopia… pero el fracaso más desastroso es dejar el  país dividido, lo que NUNCA ha sucedido desde la unificación de Egipto. Y por si eso fuera poco, ha utilizado la religión para hacer esta división”, señala tajante Yacoub. Tampoco se olvidan muchos de comentar la nueva Constitución, aprobada sólo por un 33% de los egipcios y con "muchos artículos que dejan lugar a varias interpretaciones".

A todo esto Mohamed Maher, también estudiante de español, añade un “retroceso en algunos logros en tema de derechos humanos”, entre los que se puede destacar nuevas restricciones laborales para las mujeres.



En el próximo post hablaremos sobre el papel del ejército y qué se puede esperar de los próximos comicios en Egipto.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Movilidad exterior

Fotograma de Paul Newman en 'El Golpe'.
Como tantos otros compañeros me dispongo a guardar mis últimos bártulos en una maleta y ‘movilizarme al exterior’, que diría nuestra resoluta ministra de Empleo española.  Confieso que nunca me ha interesado el trabajo de croupier, no conozco las reglas del blackjack y mis tiros de ruleta han sido los esporádicos de alguna que otra tarde de amigos y aburrimiento en las ferias de barrio.

Todo ello me ha llevado a ser realista y ver que no estoy cualificada para llevar a cabo la clase de trabajo que, con ahínco, el gobierno de mi país se empeña en que sea el futuro de España: el macrocasino del señor Sheldon Adelson, por el que Rajoy y compañía son capaces de vender el alma, las leyes y la salud de sus ciudadanos.

Pero obstinada que es una y temiendo que el teléfono del periódico en el que he trabajado los últimos cinco años ya no suene solicitándome otra vez, yo también haré una apuesta alta: la de la ilusión de ser lo que siempre he querido, corresponsal de prensa. Trabajo que nunca he podido realizar mientras vagabundeaba por distintas redacciones en los últimos ocho años.

Para ello mi billete me llevará a Egipto, tierra que ha visto mejores momentos laborales y más estabilidad, pero que siempre ha estado y está en constante cambio, en constante lucha por quitarse la tiranía de unos y otros desde hace milenios, ya sean faraónicas, coloniales, reales, militares o islámicas, dependiendo del momento.


“Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible”, que decía Hermann Hesse. Si ese imposible no llega, por lo menos volveré con la maleta llena de experiencias, amigos, una mejora en la lengua árabe tras años estudiando y nula soltura, este blog lleno de historias y la conciencia tranquila de los que pueden decir ‘yo lo intenté’. Además, si vuelvo sin conseguirlo siempre puedo enrollar mi licenciatura, mis diplomas de idiomas, mi máster y mi orgullo y dedicarme a aparcacoches de Adelson… algo es algo.